La Reserva de Patronato despidió la Copa en condición de local con un agónico empate ante Gimnasia de La Plata. Gonzalo López le terminó dando la alegría al Rojinegro, que fue de menor a mayor.

Patronato tuvo que trabajar el cotejo en Reserva, ante un rival que llegó en busca de los tres puntos para asegurarse un lugar en la siguiente etapa, pero terminó padeciendo al local, que fue de menor a mayor en los más de 90 minutos de juego.

De entrada, prácticamente desde el vestuario, el Rojinegro se encontró en desventaja, producto de una mala comunicación defensiva, que derivó en la apertura del marcador para Gimnasia de La Plata, que fue claro dominador de las acciones en la primera parte, aunque las cosas finalizaron en pardas.

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De una jugada colectiva, con un desborde por derecha de Guido Francisconi, derivó en un centro que tenía como destino, alguna cabeza local, pero terminó en los pies de Bazzi, defensor del Lobo que busca rechazar y terminó marcando el empate parcial para el Negro.

En el complemento, la cuestión fue más pareja. Patrón encontró movilidad y fue contra el arco visitante, aunque nunca dejó de sufrir. Estuvo en desventaja, producto de un busca pie que terminó por empujar Barros Schelotto para el 2-1 del Tripero, hasta que apareció, sobre el cierre del cotejo, la figura de Gonzalo López.

El volante había ingresado por Román Comas, y en un centro en el cierre del encuentro, con un buen frentazo, marcó el 2-2 definitivo con el que se cerró el partido y la participación de Patronato como local en la Copa, esperando el cierre definitivo contra Defensa y Justicia.

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