Se terminó un 2020 totalmente olvidable, desde cualquier punto de vista. El 2021, sobre todo en calle Grella, será barajar y dar de nuevo. El nuevo año comienza con un nuevo ciclo que abre nuevamente la ilusión. Será un año cargado de lo político. Patronato, en el 2021, volverá a empezar.

GABRIEL OBELAR

Ya está. El 2020, al fin llegó a su fin. Año que nadie lo extrañará, al menos desde mi personal. Una pandemia que cambió/arruinó muchas cosas, proyectos, ideas, metas. Un 2020 que se llevó a Diego, que nos dejó sin Sabella, que no nos deja celebrar tranquilos por el maldito virus.

Y en Calle Grella 874, tampoco van a extrañar este año atípico, difícil, cuesta arriba. Patronato le dice adiós a un año en el que solo supo festejar en dos ocasiones, con solo dos victorias de un puñado de partidos que se jugaron, pero se ilusiona para lo que viene. El 2021 llega cargado de ilusión, expectativas, aires nuevos, objetivos claros, un fútbol simple.

Volver a empezar. Será el lema de Patrón al levantar las copas para recibir este venidero comienzo, con Iván Delfino que llegó para devolver a la institución al camino del cuál se despisto y, tal vez, jamás debió irse.

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La pandemia trajo consigo varios factores en la entidad paranaense, desde el deficit económico por la falta de actividad, pero al mismo tiempo el valor y honor de un club que hasta en los momentos más críticos en base al ingreso de dinero, mantuvo al día a todos su empleados, desde jugadores, hasta cancheros. P

Lo deportivo, lo que pasó dentro del rectángulo de juego, fueron pasajes de ilusión a principios de año, cuando una racha de (2) victorias y empates, hicieron ilusionar con la permanencia, pero gracias a la pandemia, es que el Santo aún sigue con vida en la máxima categoría. Post-receso, la ilusión se disolvió en solo dos partidos. Plantel corto. Sin respuestas con el CT. Salida de Álvarez.

Lo más rescatable, sin dudas lo que hizo de alguna manera bancar, fueron la cantidad de juveniles, los pibes del club que saltaron a la cancha, que cumplieron, que no les pesó el momento, la categoría y que pisan fuerte. Guasone, Nievas, Román, Barinaga, Pastorelli, Negro, etc, con errores y aciertos, pero fueron mucho más que varias caras nuevas.

A ese fierro caliente que era (aún lo es en base a resultados), que primero tomó Graciani-Candia, llegó el hombre que era el único indicado, por espalda, por historia, por características. El Viejo Delfino volvió para que Patronato vuelva a empezar, de cero, con el claro objetivo de la simpleza, de retornar a las fuentes Santas, de calmar aguas.

Habrá que barajar y dar de nuevo, el primer torneo ya pasó, llegará un 2021 cargado de encuentros, con nuevos objetivos, la Copa ya fue, hay que sentar cabeza para ir más allá. Hay sangre nueva, hay material en las juveniles, hay mucho por explotar, por encontrar.

Se vendrá un año cargado (y cansador) desde lo político. Un detalle no menor, que hará que la institución, desde el oficialismo u oposición, continúe creciendo. Vendrán aires nuevos en varios sentidos.

El 2020 se despide con toda la mierda, con la alegría de la familia. En Patronato, el 2021, llega con un lema y una ilusión clara: Volver a empezar, así como en 2015 con Iván, ahora se repite la misma historia.

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