Juan Barinaga tendría su primer partido como titular ante Defensa y Justicia, siendo su tercer partido en Primera División. «Mi vida cambió de un momento a otro», confesó el paranaense a Mirador Entre Ríos, donde repasó sus inicios y su presente. 

MIRADOR ENTRE RÍOS – GABRIEL OBELAR

La vida de Juan Barinaga cambió de un momento a otro, de entrenar solo a moverse con un grupo de 4ta división, para luego comenzar a practicar con el primer elenco y, de golpe, calzarse la camiseta de Patronato en Primera División.

Este domingo, podría ser la primera vez que Bari salga desde el arranque en un encuentro oficial, siendo que aún, le cuesta caer sobre el presente que vive: «Mi hermano me preguntó si caía que logré debutar Rosario y todavía no lo puedo creer, porque pasó todo de una semana a otra. Es difícil pensar en que jugué en Primera, que debuté», confesó.

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En base a la posible titularidad y como se ha sentido en los cotejos que le tocó jugar, Juancho indicó: «Cuando me tocó jugar traté de estar tranquilo, porque si me ponía nervioso era lo peor que me podía pasar. Siempre trate de jugar y hacerlo de manera tranquila, con confianza porque sé que lo podía hacer», completó.

Este estreno en la máxima categoría, llevó a Juan a realizar algunos cambios en su día a día: «Siempre entrené de la misma manera, si, ahora, empecé a cuidarme con las comidas que antes no hacía y voy al gimnasio para estar a la altura del resto».

LE AGREGÓ SACRIFICIO

La llegada al debut tiene un largo camino en la vida de Bari, que la remó muchos años, desde cuando era solo un purrete y cruzaba el charco para calzarse la camiseta del Sabalero: «Estuve siete años en Colón, los primeros cinco años estaba todo bien, ellos me pagaban el pasaje para viajar, tenía una beca».

«Después empezó a faltar esa plata y mis viejos no podían pagarnos los pasajes para viajar todos los días. Los últimos años se portaron mal con nosotros», remarcó y confesó: «Mi hermano sufrió una fractura, no lo trataron bien y como se merecía. Estuvo un año sin jugar y cuando se recuperó lo dejaron libre, algo que no se tenía que hacer. Yo tampoco jugaba tanto porque no tenía altura y no me dejaban jugar. Ahí mi papa se enojó y nos sacó».

En ese momento, arrancó una larga espera para Juan: «Estuve un año sin club, fui al gimnasio, entrenaba en Conejitos de Retamar. Cuando volví de una práctica, mi viejo me contó que lo llamó (Claudio) Sangoy (técnico de las formativas Santas), que quería tenerme en 7ma y ahí llegué a Patronato».

De igual manera, llegar a Patrón no fue todo color de rosas para él, porque la remó de atrás en muchas categorías: «La verdad que nunca imaginé este presente, porque en las inferiores no estaba bien. Los técnicos, todos, me decían que me faltaba más sacrificio, condiciones tenía, pero no tenía sacrificio».

«En los últimos años cambié, hice caso y a mi juego le agregué eso que me faltó para llegar a Reserva y ahora esta oportunidad única», admitió y le agregó a su crecimiento: «Veo las cosas y maduré mucho en el juego, como cuando hay que jugar simple lo hago, cuando hay que hacer una pausa se hace. En eso, también crecí, además de la entrega», lanzó quién tiene de ídolo a Riquelme a quién trata de imitar, como también a Exequiel Palacios.

NOTA COMPLETA – «No puedo creer que estoy jugando en Primera» – Mirador Entre Ríos

Foto: Marcelo Miño (EL DIARIO)

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